
La salud podológica infantil es un aspecto fundamental pero a menudo subestimado en el desarrollo integral de los niños. Los pies son la base del cuerpo, y cualquier alteración durante el crecimiento puede repercutir no solo en la marcha, sino también en la postura, el equilibrio y el bienestar general. La revisión podológica infantil permite detectar y prevenir problemas a tiempo, garantizando un desarrollo adecuado del aparato locomotor.
¿Qué es una revisión podológica infantil?
Es una evaluación realizada por un podólogo, orientada a analizar la estructura, función y desarrollo de los pies del niño. También se estudian aspectos como la marcha, el calzado y posibles anomalías musculoesqueléticas.
La revisión incluye:
- Análisis visual de la forma del pie (arco plantar, dedos, talones).
- Estudio de la marcha y pisada.
- Exploración articular y muscular.
- Revisión del calzado.
- Detección de signos de patologías comunes como pie plano, pie valgo, pie cavo, alteraciones en la marcha o uñas encarnadas.
¿Cuándo llevar a un niño al podólogo?
Aunque no haya síntomas evidentes, se recomienda hacer la primera revisión podológica entre los 3 y 4 años, edad en la que la marcha está consolidada y pueden detectarse anomalías estructurales o funcionales.
Además, es aconsejable acudir al podólogo si se observan señales como:
- Caídas frecuentes o torpeza al caminar.
- Dolor en pies, piernas o rodillas.
- Desgaste desigual del calzado.
- Caminar de puntillas o con los pies hacia dentro o hacia fuera.
- Uñas encarnadas o durezas.
- Quejas de cansancio al andar o correr.
Importancia de una detección temprana
Muchos problemas podológicos infantiles pueden corregirse fácilmente si se tratan a tiempo. En etapas tempranas, el sistema musculoesquelético es más moldeable, por lo que tratamientos como plantillas ortopédicas, ejercicios correctivos o cambios de calzado pueden evitar complicaciones futuras.
De lo contrario, una alteración no tratada puede derivar en problemas posturales, dolores crónicos, bajo rendimiento físico o incluso necesidad de intervenciones quirúrgicas en la edad adulta.
El papel del calzado
Durante la revisión, el podólogo también orienta sobre el uso correcto del calzado, que debe ser adecuado a la etapa del desarrollo:
- Flexible pero con sujeción en talón.
- De materiales transpirables.
- Con espacio suficiente para los dedos.
- No reutilizar calzado usado por otros niños.
Un zapato inadecuado puede favorecer el desarrollo de deformidades o agravar alteraciones ya presentes.
Educación en higiene y prevención
Además de tratar y prevenir, el podólogo infantil enseña hábitos de higiene del pie, corta uñas correctamente y asesora sobre prácticas preventivas. Esto incluye evitar andar descalzo en lugares públicos, mantener los pies secos, y observar periódicamente la piel y las uñas.
Conclusión
La revisión podológica infantil no debe verse como algo opcional, sino como parte del cuidado integral del niño. Así como llevamos a nuestros hijos al pediatra, al dentista o al oftalmólogo, acudir al podólogo permite garantizar una buena salud del pie, base de un crecimiento sano y activo. La prevención es siempre el mejor tratamiento.