El pie diabético es una de las complicaciones más comunes y graves de la diabetes mal controlada. Durante el verano, los riesgos aumentan debido al calor, la humedad, el uso de calzado inadecuado o la mayor exposición al caminar descalzo. Por ello, extremar los cuidados y mantener un seguimiento con un podólogo especializado se vuelve esencial.

¿Por qué es más riesgoso el verano para los pies diabéticos?
Las altas temperaturas y el ambiente más húmedo del verano favorecen la aparición de infecciones, ampollas y heridas, especialmente si no se utilizan los zapatos adecuados. En las personas con diabetes, cualquier herida en el pie puede tardar más en cicatrizar, y en algunos casos, pasar desapercibida debido a la pérdida de sensibilidad (neuropatía diabética).
Los factores que aumentan el riesgo en verano incluyen:
- Caminar descalzo en playas, piscinas o jardines.
- Sudoración excesiva, que favorece hongos y maceración de la piel.
- Calzado abierto o sin sujeción, que puede provocar rozaduras o lesiones.
- Mayor actividad física, con riesgo de traumatismos menores que pueden complicarse.
💡Cuidados esenciales del pie diabético en verano
- Higiene diaria rigurosa
Lavar los pies con agua tibia (no caliente) y jabón neutro. Secar muy bien, especialmente entre los dedos, para evitar la proliferación de hongos. - Hidratación adecuada
Usar cremas específicas para pies diabéticos, evitando aplicarlas entre los dedos. Esto previene la sequedad y las grietas que pueden dar lugar a infecciones. - Revisión diaria de los pies
Observar si hay enrojecimientos, ampollas, heridas, cambios de color o forma. Utiliza un espejo o pide ayuda si tienes dificultades para ver toda la planta del pie. - Uso de calzado adecuado
Nunca andar descalzo. Usar zapatos cómodos, transpirables, cerrados y sin costuras internas que puedan rozar. Evitar las sandalias abiertas o chanclas. - Cambio frecuente de calcetines
Elegir calcetines de algodón o materiales que absorban la humedad, sin costuras que puedan generar rozaduras. - Cuidado con las uñas y callos
No cortar las uñas en forma curva ni manipular callos en casa. Siempre acudir al podólogo para estos cuidados.
⏩ El papel fundamental del podólogo
El podólogo especializado en pie diabético es un aliado clave en la prevención de complicaciones graves, como úlceras o amputaciones. Sus funciones incluyen:
- Evaluar la circulación y sensibilidad del pie.
- Realizar cortes de uñas y eliminar durezas sin riesgo.
- Tratar infecciones fúngicas o bacterianas incipientes.
- Educar al paciente en el autocuidado y prevención.
- Detectar a tiempo signos de riesgo como pie de Charcot o deformidades.
En verano, se recomienda al menos una visita al podólogo, especialmente si se presentan molestias, callos, cambios en la piel o dificultad para el autocuidado.
Conclusión
El pie diabético requiere atención durante todo el año, pero en verano, los riesgos se incrementan. La prevención es la mejor estrategia: higiene, calzado adecuado, hidratación, y control podológico regular. Con unos simples cuidados y el apoyo de un profesional, es posible disfrutar del verano sin comprometer la salud de los pies.