El pie diabético es una de las complicaciones más comunes y graves de la diabetes mal controlada. Durante el verano, los riesgos aumentan debido al calor, la humedad, el uso de calzado inadecuado o la mayor exposición al caminar descalzo. Por ello, extremar los cuidados y mantener un seguimiento con un podólogo especializado se vuelve esencial.

¿Por qué es más riesgoso el verano para los pies diabéticos?

Las altas temperaturas y el ambiente más húmedo del verano favorecen la aparición de infecciones, ampollas y heridas, especialmente si no se utilizan los zapatos adecuados. En las personas con diabetes, cualquier herida en el pie puede tardar más en cicatrizar, y en algunos casos, pasar desapercibida debido a la pérdida de sensibilidad (neuropatía diabética).

Los factores que aumentan el riesgo en verano incluyen:

  1. Caminar descalzo en playas, piscinas o jardines.
  2. Sudoración excesiva, que favorece hongos y maceración de la piel.
  3. Calzado abierto o sin sujeción, que puede provocar rozaduras o lesiones.
  4. Mayor actividad física, con riesgo de traumatismos menores que pueden complicarse.

💡Cuidados esenciales del pie diabético en verano

  1. Higiene diaria rigurosa
    Lavar los pies con agua tibia (no caliente) y jabón neutro. Secar muy bien, especialmente entre los dedos, para evitar la proliferación de hongos.
  2. Hidratación adecuada
    Usar cremas específicas para pies diabéticos, evitando aplicarlas entre los dedos. Esto previene la sequedad y las grietas que pueden dar lugar a infecciones.
  3. Revisión diaria de los pies
    Observar si hay enrojecimientos, ampollas, heridas, cambios de color o forma. Utiliza un espejo o pide ayuda si tienes dificultades para ver toda la planta del pie.
  4. Uso de calzado adecuado
    Nunca andar descalzo. Usar zapatos cómodos, transpirables, cerrados y sin costuras internas que puedan rozar. Evitar las sandalias abiertas o chanclas.
  5. Cambio frecuente de calcetines
    Elegir calcetines de algodón o materiales que absorban la humedad, sin costuras que puedan generar rozaduras.
  6. Cuidado con las uñas y callos
    No cortar las uñas en forma curva ni manipular callos en casa. Siempre acudir al podólogo para estos cuidados.

⏩ El papel fundamental del podólogo

El podólogo especializado en pie diabético es un aliado clave en la prevención de complicaciones graves, como úlceras o amputaciones. Sus funciones incluyen:

  1. Evaluar la circulación y sensibilidad del pie.
  2. Realizar cortes de uñas y eliminar durezas sin riesgo.
  3. Tratar infecciones fúngicas o bacterianas incipientes.
  4. Educar al paciente en el autocuidado y prevención.
  5. Detectar a tiempo signos de riesgo como pie de Charcot o deformidades.

En verano, se recomienda al menos una visita al podólogo, especialmente si se presentan molestias, callos, cambios en la piel o dificultad para el autocuidado.

Conclusión

El pie diabético requiere atención durante todo el año, pero en verano, los riesgos se incrementan. La prevención es la mejor estrategia: higiene, calzado adecuado, hidratación, y control podológico regular. Con unos simples cuidados y el apoyo de un profesional, es posible disfrutar del verano sin comprometer la salud de los pies.

Cuidados del Pie Diabético en Verano: El Rol Clave del Podólogo

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